14 septiembre 2013

Subida a La Rábita de Sayalonga (671 m.)

Comienzo de la ruta

En medio de la maleza













Pico La Rábita

Cementerio de Sayalonga















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DESDE SAYALONGA AL PICO LA RÁBITA 671 M.

Hace casi tres meses que no salíamos al campo y ¿que ha pasado para que no saliéramos? "po sobre to, muncha calo".
A  comenzado el curso escolar y nosotros retomamos nuestra actividad y ya desde el primer día convertimos el trayecto en coche hacia el punto de inicio en un intercambio de información sobre las peripecias que tenemos que hacer cada uno en su colegio y que Pepe aguanta estoicamente sin entender algunas cosas.
En esta ocasión, Juande, tiene acumulada varias rutas, pero decidimos hacer esta que no parecía en principio muy difícil, aunque como más adelante comentaré tiene un trozo complicado,
también porque acabaremos haciendo un poco de turismo por las calles de Sayalonga, población de la Comarca de la Axarquia Malagueña famosa por la celebración el primer domingo de mayo del Día del Níspero, Fiesta declarada de Interés Turístico Nacional en Andalucía.
Para comenzar la ruta nos dirigimos desde Málaga por la A7  E15 dirección Almería hasta la salida 277 dirección Algarrobo y tras unos 8 km por la A-7206, antigua MA-104, llegamos a la población,
dejamos el coche junto a una toba dedicada a la carga del alpechín en camiones, pero es mejor dejar el coche un poco más adelante en la calle Calvario por donde comenzaremos a andar.
Nos pertrechamos, y calzamos nuestras botas que después de tanto tiempo echaba de menos, el día está nublado y esto nos ayudara con la subida. A mitad de la calle nos encontramos los carteles que nos informa de nuestro destino, aunque algún desalmado se ha encargado de que estén en el suelo.
Tomamos a la derecha y vamos andando por un carril hormigonado, pero el trafico es increíble no deja de pasar todo-terrenos con giris, seguimos subiendo y tomamos a la izquierda hasta llegar al puerto que nos cambia de vertiente, hasta este lugar hemos visto muchas fincas con sus casas, refugios de los jubilados extranjeros que nos explica el alto trasiego de vehículos.
Aquí tomamos a la derecha pero nada más empezar tomamos a la izquierda por lo que es un carril abandonado y que la maleza y el tiempo se ha ido encargando de apoderarse de él, en algunos tramos tenemos verdadera dificultad para pasar sin pincharnos, incluso Juande  tiene que hacer uso de sus polainas para intentar mitigar los pinchazos, cuando acaba el maltrecho carril tomamos una senda y nos devolverá al carril de subida y que habíamos dejando después del puerto.
Continuamos subiendo las fincas de aguacate ya han dejado paso a las plantaciones de vid, por cierto con unas exquisitas uvas moscatel, que hemos podido saborear.
Llegamos al poste geodésico, punto final de nuestra subida y lugar desde donde tenemos unas maravillosas vistas de la costa, además nos encontramos con un pequeño monumento con una imagen de la Virgen María con el niño con una placa explicativa en varios idiomas y un monolito de piedra, también podemos ver en  el suelo tres pequeños huecos que según nos cuenta Juande pudieran haber sido   utilizados para la fundición de metales o para algún tipo de sacrificio.
El nombre de este pico  "La Rábita" o La Rávita según se consulte un mapa u otro, hace referencia a la segura existencia de alguna construcción religiosa, aunque nosotros pensamos que sería más bien de observación y vigilancia.
Después de un rato de confabulaciones decidimos realizar la bajada aunque ahora no tiraremos por el carril de la aulagas sino que tomaremos el otro, aunque es más largo. 
Cuando llegamos a la carretera principal de pueblo tomamos al derecha y nos dirigimos hacia el Mirador del Cementerio y comenzamos así el recorrido por el pueblo, de aquí y tras tomar un refrigerio nos dirigimos hacia el mismo cementerio que es otro de los puntos de interés de la población por su forma casi circular y que cuando visitamos vemos algún que otro símbolo de referencia masónica. Seguimos callejeando y visitamos la Iglesia de Santa Catalina y la pequeña y estrecha calle Alcuza, el Mirador de  La Sierra, aunque no tenemos grandes vistas por el nublado  y desde aquí acabamos degustando un vino del terreno en la Plaza Rafael Alcoba donde damos por finalizada nuestra ruta de hoy, tras esto no dirigimos al coche.
En total a mi me salen algo menos de 7 km.