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Sendero
del Tranvía de Sierra Nevada (Ruta desde La Fabriquilla al Castaño El Abuelo en Güéjar-Sierra).
Por esta
fecha siempre intento hacer una escapada de fin de semana, este año había
decidido volver a hacer la famosísima “Ruta de la Vereda de La Estrella” en Güéjar Sierra, la
otra ocasión, la hice como casi todo el mundo desde el Barranco de San Juan, pero como había decidido irme un par de días,
estuve buscando para hacer otra ruta, en la página del Ayuntamiento encontré
información sobre varias de ella, pero me llamo la atención que ahí, la Vereda
de la Estrella comenzaba más abajo, es decir más cerca del pueblo, pues bien,
ya tenía organizado el fin de semana, haría en el primer día la primera parte
de la ruta y en el segundo la otra parte, aunque al final, solo voy a publicar
esta primera.
Si
dividimos en dos, el valle alto del Río Genil, es decir separamos las rutas del
Sendero del Tranvía y el Sendero de La Vereda de La Estrella, personalmente pienso que la primera parte, en
esta época, es más vistosa y más encantadora que su hermana mayor la Vereda de
la Estrella, para mí, ha sido todo un descubrimiento, igual que para aquel visionario que mando
construir el Tranvía
de Sierra Nevada solo para poder admirar de estos espectaculares
paisajes, y que hoy casi 100 años después seguimos utilizado el trazado por
donde discurría el tren para el disfrute de nuestros sentidos.
Para
comenzar la ruta nos tenemos que dirigir hacia el pueblo de Güéjar Sierra, como
yo soy de Málaga, primeramente nos dirigimos hacia Granada, dirección Sierra
Nevada, una vez que abandonamos la autovía y llegamos a la A-395 continuamos
por ella hasta el cruce con la A-4026, hasta Pinos Genil, una vez aquí, tomamos
a la derecha por la GR-3200, hasta Güéjar Sierra. Entramos en el pueblo por el
Paseo Mirasierra y continuamos por la derecha, calle Hermanas Quirós, tras
pasar el Cuartel de la Guardia Civil, tomaremos a la derecha siguiendo los
carteles del restaurante La Fabriquilla, si por el contrario queremos ir hacia
el inicio de la Vereda de la Estrella en este punto seguiremos hacia la
izquierda. Tras una vertiginosa bajada llegamos al mencionado restaurante y un
poco más adelante, un puente sobre el Río Genil, el coche hay que dejarlo en
este punto o en los aparcamientos junto al restaurante.
Comenzamos
a caminar retrocediendo por la carretera por donde hemos llegado, pero a los
poco metros dejamos la carretera y giramos a la derecha (intersección 1). En una primera visión,
vemos que el paisaje está formado por un fantástico bosque de ribera que nos
acompañará durante casi todo el sendero, el Río Genil va paralelo a nosotros
aunque en sentido contrario, al otro lado de rio el bosque de castaño pone, sin
duda, el colorido típico de la estación otoñal.
Pasamos
un primer túnel y más adelante un tramo de vía nos recuerda su pasado, en
varios lugares nos encontraremos carteles informativos sobre el tren así como
algunos muros de contención construidos con lajas de pizarra y reforzados con
contrafuertes.
Llegamos a una primera
construcción hoy es el restaurante Maitena sobre lo que fue la antigua estación
del mismo nombre, junto a ella se encuentra la confluencia del río Maitena con el Genil, cruzamos el
puente que salva el rio Maitena y nos incorporamos unos metros a la carretera
donde debemos extremar la precaución porque podemos cruzarnos con algún vehículo.
Más
adelante podemos dejar la carretera asfaltada y continuar por el carril de la
derecha, dejamos la carretera que nos
baja al río y seguimos de frente, este último tramo nos obsequia con unos
rincones ribereños de gran encanto. Llegamos al túnel, tenemos la opción de
salvarlo bordeándolo por la derecha, continuamos
y nos volvemos a incorporar a la carretera, atravesamos otro túnel antes de
llegar al cruce con “El Charcón”, otra antigua estación del tranvía, la
carretera se divide en dos ramales justo antes de entrar a otro túnel, nosotros
decidimos tomar por la derecha y acercarnos a fotografiar el apeadero, esta
carretera continua hasta la A-395 (carretera de Sierra nevada) en su ascensión
pasa por unos maravillosos rincones y desde ella tendremos unas impresionantes
vistas. Nosotros tras las fotos nos volvemos para continuar por nuestro camino, ahora sí,
atravesamos el túnel. Antiguamente este lugar era considerado el inicio de la
Vereda de la Estrella, aunque ahora tras las modificaciones se considera el
comienzo en la confluencia del Barranco de San Juan con el Río Genil.
Otro
túnel y otros edificios reconvertidos en restaurantes nos encontramos en el
camino, en todo momento vamos junto al cauce del río, unos cientos de metros tras
pasar el Restaurante Casa Chiquito
llegamos a un gran puente y al fondo un túnel, justo antes de cruzar el puente,
a la derecha (intersección 3) dejamos la carretera y tomamos por la vereda que
ahora cambia al margen izquierdo del río y que va poco a poco tomando altura.
Pasamos
por un primer puente colgante para salvar un pequeño barranco y más adelante
junto a una antigua Central Hidroeléctrica, seguidamente otro puente colgante
un poco más largo salva el Barranco de las Ánimas y otro edificio y ya estamos
en el Barranco de San Juan justo en la desembocadura en el río Genil.
En un
primer momento decidimos dar por terminada la ruta, pero tras un descanso
decidimos continuar un par de kilómetros más y llegar hasta el Castaño “El
Abuelo” catalogado como Árbol
Singular de Andalucía.
Dejamos
el bar donde hemos tomado un refrescante
y relajado tentempié, leemos los carteles informativos sobre la vereda e
iniciamos la caminata adentrándonos en el Parque Nacional de Sierra Nevada por
una senda muy bien definida y con una vegetación que cambia con respecto a la
que traíamos, ahora los robles, castaños encinas y arces nos acompañan y el
bosque de galería queda abajo cubriendo el cauce del río. Cuando llevamos algo
menos de 1 kilómetro, a la derecha aparece la vereda del Sendero
Sulayr y tras otro kilómetro llegamos al castaño, donde hoy damos por
finalizada nuestra ruta.
Para la
vuelta utilizamos el mismo recorrido que el de ida, en total han sido unos 16
km, que en esta época otoñal, la más propicia para realizarla, según mi modesta
opinión, llenan el paisaje de una increíble gama de colores.
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