Ruta a la Charca de la Extranjera en el Río Padrón. (Estepona- Málaga)

Charca de La Extranjera

Río Padrón

Río Padrón

Marmitas del Padrón

 

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Ruta a la Charca de la Extranjera en el Río Padrón – Estepona.

En esta ocasión en pleno verano, Juan de Dios nos propone, hacer una de esas rutas fluviales que tan apetecibles son en los meses que aprieta el calor. En esta ocasión un sendero acuático por el río Padrón, uno de esos cauces que nacen en la vertiente sur de Sierra Bermeja y que discurren hasta desembocar en la costa por unos paisajes de singular belleza en el municipio de Estepona.

La ruta está indicada tanto para pequeños como para mayores que cuenta con un camino de ida que nosotros realizaremos ascendiendo por el curso del río Padrón en un refrescante paseo veraniego, a la "Charca de la Extranjera", ganando apenas unos 150 metros en altitud, con baños perfecto en las piscinas naturales del río, para luego descender por el carril que viene por la montaña, por un bosque de pinos

Hasta ahora no hemos podido explicar el origen del nombre "Charca de la Extranjera", el hecho es que en verano no solo los extranjeros disfrutan del baño fresco, mayoritariamente abundan los locales.

     Para iniciar la ruta salimos de Málaga por la A-7 (Autovía del Mediterráneo), que no debemos confundir con la AP-7 (Autopista de peaje), enfilaremos la salida 160 en dirección a la Escuela de Arte Ecuestre Costa del Sol. Al llegar a la rotonda giramos a la izquierda y cruzamos un puente que nos sitúa, a la derecha, junto al río Padrón. Ahora remontamos hacia el norte pasando bajo el viaducto de la AP-7. El siguiente hito es la urbanización Forest Hill, cuya entrada queda a nuestra derecha. Recorridos 6 km el carril pasa a ser terrizo y un ramal desciende hacia la ribera del río. Unos metros más delante de ese cruce hallamos una explanada donde aparcar.

Dejamos el coche aparcado y descendemos el ramal señalado y remontamos el río Padrón, desde el vado del río hasta la poza, median casi 300 m que afrontaremos por el propio cauce. En ese tramo no cubrirá en ningún momento, y con cierta habilidad, se puede avanzar saltando de piedra en piedra sin mojarse. La poza se halla cortejada por pequeños cantiles entre los que se abre paso la corriente. El enclave reviste gran belleza y las aguas reflejan un intenso color verde. La charca es de medianas dimensiones y solo cubre en el área central. La escasa altura de las rocas circundantes tentará nuestras ganas de saltar al agua, aunque antes tendremos que cerciorarnos de que en el fondo no existen rocas con las que golpearnos. La orilla es muy pedregosa y no permite una estancia cómoda; por otra parte, la estrechez del cauce y las laderas que nos contornean procurarán sombra según qué sitios.

 Continuamos ascendiendo por el cauce unos 500 m, y llegamos a las marmitas del Padrón, de mármoles blancos muy pulimentados. Desde este lugar se sube en poco más de un minuto hasta el carril y en tan solo un kilómetro bajamos por él plácidamente hasta el lugar donde aparcamos el coche.

En total algo menos de 3 kilómetros.