07 diciembre 2013

Subida al Cerro de Las Salinas (Arriate)



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Como llegar

Cerro de Las Salinas (Arriate)

La ruta que Juan de Dios nos traía hoy en principio era algo más corta de lo que al final fue. Todo se nos complico cuando en un punto del camino nos encontramos lo que alguien había colocado, una de nuestras más temidas enemigas, las dichosas alambradas, sin que se acuerden de poner alguna angarilla  para poder pasar y no bloquear los carriles y senderos.
En esta ruta  hemos dado un paseo por las Sierras de Las Salinas, que está llena de encinas (quercus ilex) y dedicada a la cría del cerdo ibérico, subiendo a su punto más alto el Cerro de Las Salinas (954 m.)  y por la Sierra de las Cumbre por la que atraviesa la Cañada Real Grazalema – Cañete La Real   en el tramo   Cordel del Puerto del Quejido al Puerto del Monte.
Para comenzar desde Málaga nos dirigimos por A-357 hasta el cruce con la A-367 dirección Ronda. Un km antes de llegar nos desviamos por la  A-428 dirección Arriate, nos adentramos en el pueblo hasta cruzar el Arroyo de Las Ventillas, la carretera gira a la izquierda y nuestro destino está de frente, el Parque de La Estacá, dejaremos el coche en la Calle Dolores Ibarruri.  Desde este parque tenemos unas bonitas vistas del pueblo.
Comenzamos andando por la carretera que tenemos de frente,  Pista de Ronda,  que nos baja al arroyo que anteriormente hemos cruzado con el coche. A la izquierda las huertas van paralela al arroyo cuando llegamos a este  desaparece el asfalto y continua un carril de tierra que nos sube justo entre el Cortijo del Márquez a la izquierda y por donde volveremos y el Cortijo de Nepomuceno, tomamos el carril que comienza a subir, tanto a derecha como a izquierda abundan las encinas y el terreno está horadado y observamos que aparecen gran cantidad de cerdos ibéricos, a mitad de la subida aparece una balsa de agua y continuamos subiendo hasta encontramos con el Cortijo  Madrid que dejamos a la izquierda. Tras este tomamos  a la derecha por una portezuela y a pocos metros otra a la derecha, nos adentramos en la finca que nuevamente está dedicada al cerdo ibérico y comenzamos a subir por las muchas sendas hasta el alto del Cerro de Las Salinas (954 m.) si nos fijamos podemos apreciar restos de murallas en su parte sur y el poste geodésico se encuentra en una acumulación de piedra que seguramente sería la base de una torre. 
Volvemos al carril de Cortijo Madrid y continuamos hacia el norte hasta encontramos con la entrada de otro cortijo y un carril que  viene en perpendicular y que es la Cañada Real Grazalema-Cañete La Real, tomamos a la izquierda y continuamos por ella hasta cruzarnos con el Camino de Arriate poco después de dejar a la izquierda las Bodegas Excelencias, en el cruce nos desviamos a la izquierda pasamos por el Cortijo Páez  y seguimos por la derecha cuando llegamos a la puerta de otro, Cortijo del Haza, a poco metros nos encontramos con el problema el carril de la izquierda por donde pensábamos bajar está cerrado a cal y canto con una alambrada cinegética de 2 metros de altura, por lo que tenemos que seguir por el carril y volver a subir un poquito  y dirigirnos hacia el Alto de Los Corzos, el carril gira a la izquierda y en fuerte pendiente nos baja hasta la proximidades del Cortijo Sotillo, en esta bajada observamos que es muy transitada por ciclista y creemos que por aquí suben los corredores de la 101 Km porque vemos los envases vacios  de las bebidas y geles energéticos que Pepe va recogiendo y que acaba por no caberles en la bolsa.
Tras una curva nos encontramos con un carril nuevamente asfaltado y antes uno de tierra, tomamos el de tierra aunque después descubrimos que nuevamente se une más abajo.
Los kilómetros comienza a pesar y no tenemos claro la vuelta hasta que nos encontramos con una carretera que cruza y tomamos a la izquierda y más adelante  en otro cruce vemos un pequeño cartel que nos indica Arriate a la postre este es el Camino de Ronda que al principio se denominaba Pista de Ronda y que nos conduce de nuevo al Cortijo del Márquez y desde aquí al parque donde tenemos el coche.
El Camino se nos ha hecho un poco pesado en total 24 km. Aunque pienso personalmente que con la subida al Cerro de Las Salinas y bajada fuéramos tenido suficiente.

Nota: puesto a investigar sobre la construcción que podía haber habido aquí he encontrado esta narración sobre la leyenda de un tesoro escondido en este cerro.
Y Juan de Dios me ha enviado lo que él ha descubierto: 

Extraido de:

FORMACIONES SOCIALES IBÉRICAS
EN MÁLAGA
Ángel Recio Ruiz

Diputación Provincial de Málaga.
Cerro Salinas (Aguayo y otros, 1990).
Oppidum en contacto visual con Acinipo, dominando las explotaciones agrícolas del entorno. Aunque no tenemos constancia del registro material de facies “Orientalizante” (sí
anterior), parece segura su ocupación para momentos Ibérico Pleno e Iberorromano.tierras aptas para el cultivo o como refugio fortificado que podía tener partes habitables. En el apartado de la minería podemos admitir la industria de la sal, que se obtiene de forma natural en los ambientes lacustres cercanos a Campillos y Fuente de Piedra. La sales un complemento indispensable en la alimentación de hombres y animales, así como recurso primordial para la conservación de alimentos y tratamiento de enfermedades infecciosas, por lo que su intercambio y comercio es una constante. Aparte del litoral costero,donde la pesca y sus derivados (salazones) son pilares básicos en el desarrollo económico de las comunidades antiguas, sus manifestaciones en el interior indígena son reseñables, como se observa en el oppidum de Cerro Salinas (Ronda), en cuyo beneficio se trabaja desde antiguo (Madoz, 1845-1850, 198).can las ánforas sobre el total cerámico.
 Estimamos una ocupación de los siglos VII-VI, cuya perduración en la secuencia podría corresponder a Cerro Salinas.


Un oppidum (en plural oppida) es un término genérico en latín que designa un lugar elevado, una colina o meseta, cuya defensas naturales se han visto reforzadas por la intervención del hombre. Los oppida se establecían, generalmente, para el dominio de tierras aptas para el cultivo o como refugio fortificado que podía tener partes habitables.