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Casa del Cerrado |
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Mirador de Las casas de Las Cuencas |
Introducción:
Los Montes de Málaga son una cadena montañosa situada a unos cinco kilómetros al norte de la ciudad de Málaga, responden a un macizo de relieve muy accidentado, donde apenas existen valles o planicies, surcado por infinidad de vaguadas, arroyos, torrentes, veredas empinadas y pasos imposibles. Discurre paralela a la costa mediterránea, extendiéndose a partir de 80 m s. n. m.. hasta el pico de la Cresta de la Reina que tiene una altitud de 1032 metros. Además del Mediterráneo, por el sur colinda con la Hoya de Málaga. Al oeste bordea el Valle del Guadalhorce y por el este, la Axarquía. En el norte, el Corredor de Periana los separa de la Cordillera Antequerana. En medio de los Montes de Málaga fluye el río Guadalmedina. Existen cinco cuencas bien definidas de arroyos afluentes del Guadalmedina: el arroyo de las Vacas, el arroyo Chaperas, el Humaina, el Hondo y el de Los Frailes. Estos se encuentran secos la mayor parte del año, pero en algunas ocasiones se solía desbordar.
Las peculiares características geológicas (rocas impermeables), climáticas (lluvia torrencial) y una intensa explotación humana (vides) fueron causa histórica de las periódicas y virulentas inundaciones de Málaga capital. En el primer tercio del siglo XX se tomó la definitiva determinación de poner solución a este problema mediante una seria de iniciativas, como la construcción del embalse de regulación de El Agujero, la canalización del río a su paso por Málaga o la reforestación masiva del espacio mediante coníferas después que la filoxera hubiera acabado con la masiva plantación de vides (1878). Toda esta zona estaba plagada de lagares, lagarillos y viñedos. Por allí cruzaba una vereda, usada ya por los árabes, hasta que se construyó un camino que luego fue carretera.
Para evitar inundaciones en la ciudad de Málaga, en la vertiente oriental de la cuenca del río Guadalmedina, el 13 de septiembre de 1930 comienza los trabajos de repoblación que finalizan en la década de 1950. Estos trabajos consistieron principalmente en la siembra de Pinus halepensis y años más tardes dan lugar un espléndido pinar, pulmón de la ciudad de Málaga y en julio de 1989 fue declarado Parque Natural Montes de Málaga por Ley del Parlamento Andaluz, con una superficie próxima a las 5.000 hectáreas.
Las especies utilizadas en dichas repoblaciones además del pino carrasco, especie que se adapta perfectamente a los suelos pobres y muy erosionados, fueron el pino piñonero y el pino resinero. Esta Además de las especies citadas encontramos otras como castaños, nogales, chopos, fresnos, madroños, mirtos, algarrobos, diversas especies de jaras, brezos, labiadas, palmitos, retamas, tomillos, romeros, aulagas, esparragueras, etc. y bajo el pinar, se pueden desarrollar especies como coscoja, torvisco, enebro y brezo blanco y en las zonas más frescas y con mayor abundancia de agua crece el quejigo andaluz.
Otro de los atractivos que no podemos dejar de pasar cuando subimos al Parque natural son los restaurantes de los que no podemos esperar florituras, técnicas innovadoras ni grandes presentaciones. A cambio, eso sí, ofrecen propuestas muy queridas por los miles de personas que cada fin de semana o festivo buscan sabor tradicional, cocina casera y platos rotundos sin prisas a cambio de unos cuantos euros. En los 15 kilómetros que unen la ciudad de Málaga con el Puerto del León hay una decena de estos negocios: hay para elegir.
RUTA POR LOS LAGARES X. Montes de Málaga: La Casa del Cerrado "Hotel Humaina" - la Casa de las Cuencas.
Para
iniciarla ruta de hoy, nos dirigimos hacia el Hotel Rural Humaina en los Montes
de Málaga, para ello tomamos la carretera A-7000 hasta la famosa Fuente de la
Reina situada poco antes del puerto del León, en el punto kilométrico 14,800
aproximadamente, y aquí tomamos a la izquierda de ésta y a 4 kilómetros siguiendo
los carteles llegamos al hotel.
Fuente La Reina
La fuente
de la Reina servía de punto de descanso para los usuarios del camino y sus aguas
debieron ser empleadas por los habitantes de la ciudadela mozárabe y la torre
que estuvieron en la cumbre del también llamado cerro de la Reina. Tradicionalmente,
esta denominación se ha atribuido a un hecho legendario y es que, según algunos
escritores, el apelativo se refiere a la reina Isabel la Católica cuando vino a
Málaga para visitar el cerco que su esposo, el rey don Fernando, mantenía en la
ciudad y alentar con su presencia a las tropas cristianas. Sin embargo, el
historiador Víctor Heredia aseguró que con los datos de los que se dispone “no
parece probable que la reina pasara por este punto en su camino desde Córdoba
hasta Málaga en 1487”. En cambio, señaló que sí se sabe que la ciudadela
mozárabe que había en la cima del cerro se denominaba Rayyana, Riniya o Riana,
por lo que “no es difícil deducir que el nombre de reina procede de la
castellanización del apelativo árabe anterior y que luego ha servido para
designar la cuesta, la fuente y el cerro”. En el siglo XX la carretera fue
objeto de varios arreglos, uno de los cuales supuso la transformación de la
fuente de la Reina para darle mayor monumentalidad. De la antigua sólo
permanece un escudo de piedra con las armas reales, colocado en su parte más
alta, encima del emblema del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y
Puertos. Aunque la fuente ha sufrido algunos cambios en su larga vida la
emblemática fuente ha sido siempre un punto de encuentro para todo tipo de
personalidades, ejércitos, ciclistas y senderistas. Su estratégica situación ha
sido aprovechada también por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de
Andalucía para establecer un punto de control de posibles incendios forestales,
incluyendo un vértice geodésico, punto de referencia para los aviones, equipos
para referenciar a los aviones y de adquisición de datos mediante antenas,
pluviómetros o anemómetro.
Dejamos
el coche junto a la zona recreativa de El Cerrado dotada de bancos,
servicios, barbacoas, fuentes... aún quedan algunos árboles frutales como
recuerdo de su pasado y frente al área y dentro del perímetro de lo que en
el pasado fue El Cerrado de Zea tenemos el Hotel Humaina.
El
Cerrado de Zea
La
antigua construcción se rehabilitó destinándola a Hotel Rural, Hotel Humaina;
posteriormente transformado en centro privado de tratamiento de adicciones y
otras patologías de salud mental. Más adelante retoma su uso como
establecimiento Hotelero. Su nombre procede de quien fue su propietario a
finales del siglo XVIII: el presbítero Francisco de Zea Salvatierra, suyo era
también el Palacio de Zea-Salvatierra en la céntrica calle Císter de la Capital
Malagueña, frente al patio de los naranjos de la Catedral. Como dato curioso
añadir que también fue propietario de uno de los últimos molinos de
Torremolinos, tierra de molinos. Durante el siglo XIX, El Cerrado de Zea (Junto
a Las Vizcaínas) fue propiedad de Martín Heredia Escolar, hermano menor de
Manuel Agustín Heredia Martínez.
Comenzamos
a caminar dirigiéndonos hacia la entrada del hotel y seguimos el carril que baja
y por el que llegaríamos a la Venta El Boticario, cuando llevamos 1500 metros tomamos
por la izquierda y dejamos el carril principal, subimos por él y llegamos al
cortafuego que viene del Mirador del Cochino, desde aquí tenemos unas buenas
vistas.
El carril
ahora gira y se adentra en el barranco del Arroyo Cencerrilla, veremos a partir
de ahora en una zona mixta; encinas y pinos con algo de enebral acompañados de
una gran variedad de matorral, como jaras, torvisco, estepas gayumbas; en los
arroyos zarzaparrillas y zarzas, pero si quieres la información detallada de la
vegetación que vimos visita la siguiente página:
LAS
PLANTAS DE MIS EXCURSIONES
Si
miramos con detenimiento a nuestra derecha, en la cañada, podemos ver las
ruinas de la Casa de Cencerrilla y antes de llegar al fondo intentamos ver,
pero sin éxito la casa de Fontanales.
Llegamos
al fondo y continuamos por la vertiente opuesta del barranco hasta llegar al cortafuego
de Fontanales donde se encuentra el fantástico mirador que hay por encima de la
Casa de Las Cuencas, éstas se encuentran como en una isla de olivos y almendros
en medio de una gran masa de pinos.
Tras un
rato de descanso y de contemplación de las buenas vistas decidimos hacer la
vuelta por el mismo camino.
En total
algo menos de 9,5 kilómetros.
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